lunes, 2 de diciembre de 2013

AMOR DE AMORES: Perspectivas.



                                 AMOR DE AMORES: PERSPECTIVAS.

       

         ¿Quién no se ha enamorado? ¿Quién no ha expresado algún tipo de amor?... Es algo ilógico pensar que no. El amor está en todo lo que nos rodea. El único inconveniente, es que no todos lo vemos bajo la misma lupa, ni lo sentimos. Tal vez por distintas razones. Acordémonos que cada individuo es un mundo.
Hoy no voy a entrar en teorías sobre el amor, ni tipos de actitudes bajo el enfoque científico: Altruista o egoísta o de carácter religioso. ¡No, nada de eso!... Simplemente, quiero expresarlo en lo que a mí personalmente me gusta y que sé que a muchos les encanta. Ese sentir expresado con letras y que se encuentran enmarcados en los diversos géneros literarios: Lírico, narrativo o dramático.


COMIENZO A RECORDARTE

Aquí comienzo a recordarte
cuando por vez primera,
en aquellos caminos, tu mirada vacía
se lleno de mí, plenamente.
Tus brazos, suaves cual algodón,
me imploraban la pasión
reunida en el cofre ardiente de mi corazón
para amarte toda la vida.

Aquí comienzo a recordarte ¡vida mía!
como la primera vez cuando te hice mía.

Encantadora figura de porcelana
que colmas mi mundo de exquisita magia.

Te recuerdo, mi único amor,
como el canto del ruiseñor
que anuncia el comienzo de una voraz pasión
inmersa en un profundo silencio carnal.



   POEMA DE MUJER


Poema de mujer que lo eres todo:
Poema de amor, de dolor.
Brotas como lava que inflama mi huidizo corazón;
asomas como frío inclemente que ahogas mi frágil respiración.

Mujer, poema que lo eres todo:
Esplendor de amanecer,
pasión, fuego, desesperación;
paz, armonía, ilusión.
Como ladrón en la noche me robas el alma;
ahora, contemplo perder mis pasos en el oscuro camino
de un sueño sin retorno.
Ábreme las puertas de tu castillo amada princesa.

Te adueñas de cada fragmento de mí ser
indefenso al antojo ardiente  de tu pasión.

¡Oh! poema de mujer
que me arrastras sin contemplación.
Lentamente, me acerco a ti con picardía
y me entregas tu amor eterno.
¡Oh! Niña. Mi ¡niña mía!..

Poemas de un trabajo llamado “Poemas de Mujer” jsvg.


  

                                  EL DÍA QUE VOLVÍ A TI


            Me fui un día de tu lado, una tarde que no quiero recordar. Juramos que nos amaríamos para toda la vida. Pero, simplemente fuimos marionetas que el destino movió sin compasión. Los años pasaron y aunque nuestros caminos se separaron hace muchos años; un día, caminando por las calles de Madrid recordé vagamente los tiempos cuando sentados en una iglesia pequeña del pueblo, donde vivíamos en Venezuela, te tome de la mano para entregarte todo mi amor. Sonreí, pues a este viejo cualquier alegría o cualquier hermoso recuerdo le llena de satisfacción…
            
           Decidí entrar en la primera iglesia que encontré, aunque no soy muy religioso, caminé paso a paso hasta sentarme cerca de una imagen de Cristo y pensé lo maravilloso que hubiese sido tener a mi lado a  mi dulce noviecita.

_ Disculpe caballero, sería usted tan amable de dejarme un poco de espacio para colocar estas monedas en el cepo del santo…

          Aquella voz  trajo a mí ser nuevos recuerdos, no podía creer. Tantas páginas del pasado abiertas en un instante. Mudo gire hasta la persona que me hablo y el mundo se iluminó, era aquella linda mujer, mi Silvia hecha realidad.

_ ¿Lorenzo? no puede ser. Tantos años, Dios ha escuchado mis ruegos. Pensé que moriría sin encontrarte...

           Que hermoso es el verdadero amor, trasciende el tiempo y las dificultades. Ahora recordamos, los dos, las aventuras que transcurrimos en la vida, manteniendo este amor vivo a pesar de todas sus dificultades. Qué cosas de la vida; jamás, nos hemos olvidado, ni llevamos en nuestro corazón a ninguna otra persona. Creo que si no nos hubiésemos encontrado, igual nos amaríamos hasta en la otra vida…
             
Relato corto de jsvg.


                                    


                                         TIEMPOS DE AMOR

    
                                                                   Acto I

            Catedral de Santiago de Compostela, año 1532. Dentro, sentados en unas bancas frente al altar.


RICARDO.- En este santo lugar. Juro por lo más sagrado, amarte hasta el fin de mis días. Me arrodillo amada mía como símbolo de entrega total. Ni la distancia, ni la muerte podrán separarme de ti…

INÉS.- Sé lo mucho que me amas Ricardo. Sabes que mi corazón te pertenece y que no habrá fuerza extraña que logre arrebatarme tu amor.

RICARDO.- Esta noche partiré amada mía, hacía el nuevo continente. La fortuna me espera y tú, dueña de mi corazón, no sufras; pues, volveré a tus brazos para ser felices para siempre.


                                                                   Acto II

            Virreinato del Perú, ciudad del Cuzco 1548. En el Convento de la Merced. Ambos, se encuentran después de tantos años.


RICARDO.- Mi dulce Inés. Cuanto he rogado a Dios por este momento. Ven a mis brazos mi fiel amor, soy el hombre más afortunado de este mundo. Solo el altísimo es testigo de mi entrega incondicional a tus suaves caricias.

INÉS.- ¡Ricardo! Mis ojos se llenan de lágrimas al ver tu figura. Pero no son lágrimas de tristeza. Si no, de la más sincera alegría. Mi corazón rebalsa de emoción. Soy feliz, mi gran amor.

RICARDO.- Estos años han hecho que la hoguera de la pasión nunca se apague. Tan solo el recuerdo de tu mirada, de tu sonrisa. Avivó el fuego, minuto a minuto, que engrandece la mágica dicha de amarte…


                                                                   Acto III

            Catedral de Santiago de Compostela, año 1580. Sentados en el mismo lugar frente al altar. Observan felices el matrimonio de su hijo Álvaro.


RICARDO.- Soy un hombre feliz de tenerte. ¡Oh! Mi gran amor. Miro en la felicidad de nuestro hijo Álvaro, la misma que nos unió hace tantos años y que perdurará hasta en el mismísimo cielo. Hoy quiero volver a expresarte la dicha que me hace tenerte a mi lado.

INÉS.- Amor de mi vida, nuestra felicidad aflora en cada sonrisa de nuestro hijo. Sé que nunca me equivoque al escogerte, te adueñaste de mí ser desde el primer momento que te conocí. Te amo.

RICARDO.- Yo también te amo. Eres el mejor regalo que Dios me haya ofrecido. Nacimos el uno, para el otro...


                                                                          FIN

Teatro corto de jsvg.







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